La hermosa regla de oración de San Juan Crisóstomo
Esta es una regla simple y fácil, al inicio mas necesita de memorización (quizá la ayuda de una pequeña nota donde llevemos apuntado las frases) y cierta disponibilidad de tiempo. San Juan Crisóstomo, autor del compedio de la Divina Liturgia hoy practicada por la Iglesia ortodoxa en todo el mundo, dejó un conjunto de pequeñas oraciones para ser rezadas a cada hora del día y de la noche. Esta regla consiste en rezar un cordón por hora (33 para laicos, 100 para clero), con la oración correspondiente.Está claro que el orante no precisa estar despierto las veinticuatro horas del día, pero puede mantener las oraciones durante el día en los periodos en que esté despierto y, en las horas en que el sueño no se presenta, seguir con las oraciones hora a hora. Basta recitar a cada hora un cordón completo diciendo en lugar de la oración "Señor Jesús ten piedad de mi, que soy un pecador", la oración correspondiente, tal como sigue:
1. Oh Señor, no me prives de Tu Bendición Celestial.
2. Oh Señor, líbrame del tormento eterno.
3. Oh Señor, si yo pequé por pensamientos, palabras o acciones, perdóname.
4. Oh Señor, líbrame de toda ignorancia, de la mezquindad del alma y de la dureza del corazón.
5. Oh Señor, líbrame de toda tentación.
6. Oh Señor, ilumina mi corazón oscurecido por los deseos del maligno.
7. Oh Señor, siendo yo un ser humano, soy pecador. Siendo el Señor Dios, perdóname en Tu Amor, pues Vos sabéis que mi alma es débil.
8. Oh Señor, envía tu Gracia en mi auxilio, para que yo pueda glorificar Tu Santo Nombre.
9. Oh Señor Jesucristo, inscribe a Tu siervo en el Libro de la Vida y concédeme un fin bendecido.
10. Oh Señor mi Dios, aunque no haya hecho el bien para Ti, sin embargo concédeme, de acuerdo con Tu Gracia, que pueda comenzar a hacerlo.
11. Oh Señor, rocía mi corazón con Tu Gracia.
12. Oh Señor del Cielo y de la tierra, acuérdate de mi, Tu siervo pecador, impuro y frío de corazón, en Tu Reino.
13. Oh Señor, acepta mi arrepentimiento.
14. Oh Señor, no me abandones.
15. Oh Señor, sálvame de la tentación.
16. Oh Señor, concédeme pensamientos puros.
17. Oh Señor, concédeme las lágrimas del arrepentimiento, el recuerdo de la muerte y el sentido de la paz.
18. Oh Señor, concédeme la humildad, la caridad y la obediencia.
19. Oh Señor, concédeme la confesión de los pecados.
20. Oh Señor, concédeme la tolerancia, la magnanimidad y la dulzura.
21. Oh Señor, sitúa en mí la fuente de todas las bendiciones: el temor de Ti en mi corazón.
22. Oh Señor, concede que pueda amarte con todo mi corazón y toda mi alma, y que pueda obedecer siempre tu voluntad.
23. Oh Señor, defiéndeme de las personas y también de los demonios, de las pasiones de todos los errores.
24. Oh Señor, que Creó al todo y que sobre el todo ejerces Tu Voluntad, haz que Tu Voluntad también me tome, yo pecador, por Tu Eterna Bendición. Amén.
1. Oh Señor, no me prives de Tu Bendición Celestial.
2. Oh Señor, líbrame del tormento eterno.
3. Oh Señor, si yo pequé por pensamientos, palabras o acciones, perdóname.
4. Oh Señor, líbrame de toda ignorancia, de la mezquindad del alma y de la dureza del corazón.
5. Oh Señor, líbrame de toda tentación.
6. Oh Señor, ilumina mi corazón oscurecido por los deseos del maligno.
7. Oh Señor, siendo yo un ser humano, soy pecador. Siendo el Señor Dios, perdóname en Tu Amor, pues Vos sabéis que mi alma es débil.
8. Oh Señor, envía tu Gracia en mi auxilio, para que yo pueda glorificar Tu Santo Nombre.
9. Oh Señor Jesucristo, inscribe a Tu siervo en el Libro de la Vida y concédeme un fin bendecido.
10. Oh Señor mi Dios, aunque no haya hecho el bien para Ti, sin embargo concédeme, de acuerdo con Tu Gracia, que pueda comenzar a hacerlo.
11. Oh Señor, rocía mi corazón con Tu Gracia.
12. Oh Señor del Cielo y de la tierra, acuérdate de mi, Tu siervo pecador, impuro y frío de corazón, en Tu Reino.
13. Oh Señor, acepta mi arrepentimiento.
14. Oh Señor, no me abandones.
15. Oh Señor, sálvame de la tentación.
16. Oh Señor, concédeme pensamientos puros.
17. Oh Señor, concédeme las lágrimas del arrepentimiento, el recuerdo de la muerte y el sentido de la paz.
18. Oh Señor, concédeme la humildad, la caridad y la obediencia.
19. Oh Señor, concédeme la confesión de los pecados.
20. Oh Señor, concédeme la tolerancia, la magnanimidad y la dulzura.
21. Oh Señor, sitúa en mí la fuente de todas las bendiciones: el temor de Ti en mi corazón.
22. Oh Señor, concede que pueda amarte con todo mi corazón y toda mi alma, y que pueda obedecer siempre tu voluntad.
23. Oh Señor, defiéndeme de las personas y también de los demonios, de las pasiones de todos los errores.
24. Oh Señor, que Creó al todo y que sobre el todo ejerces Tu Voluntad, haz que Tu Voluntad también me tome, yo pecador, por Tu Eterna Bendición. Amén.
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