¿Cuantos tienen depresión navideña?
El otro día me puse a meditar sobre esa realidad que en nuestra sociedad vivimos: la depresión, y la conecté de inmediato con las muchas propagandas que en estos dias se ven por las calles, y en television, sobre la tan cercana navidad. Al tiempo de mi reflexión y oración, miraba en mi capilla de oración el santo icono de la Natividad y se me pasaron los minutos....
Uno de los paises con mayor depresión en el mundo es los Estados Unidos, y sin embargo es el país donde se "celebra" más la navidad, mi pregunta interior es: quiza la forma de celebrar lo que no esta dando resultado en las almas?.....y es evidente la respuesta....Si!!Desde algunas semanas previas a la fiesta, ya se remueve en todos el sentimiento de afectos, de amor, obviamente de expresiones que para la sociedad consumista se condensa exclusivamente en regalos, y por ultimo la urgente necesidad de festejar una fiesta llena de luz y de color, donde todos están euforicos por las cosas sensibles y donde casi en su mayor parte no esta Cristo.
Entonces pense...una navidad ortodoxa, puede ser ciertamente la sanación a la famosa depresión navideña.
¿porque?, bueno, sabemos que la depresión es una insatisfacción por algo, entonoces, hay que curar esa insatisfación. Y la Iglesia Ortodoxa, sabia en años y en experiencia, recomienda un tiempo de ayuno....algunos se esfuerzan por vivirlo a raja tabla, siendo incluso exagerados, otros, a veces los que han incluso nacido en tierras originalmente ortodoxas, son los más relajados, y simplemente pasan de esto, lo saben, lo conocen, lo repiten en sus conversaciones, y hasta lo advierten cuando alguno quiere probar un bocado de carne....pero muchas veces no lo aplican a sus propias vidas, incoherentes y esquizofrenicos totales de la espiritualidad ortodoxa.
Los que somos convertidos, a veces, vemos más allá lo que son tradiciones que se deben cumplir, y las analizamos a la luz trascendente divina. El ayuno de carnes, nos invita ademas a un ayuno de consumismo, de carne del mundo, de pasiones desenfrenadas, de ese vivir por vivir de cada dia en una sociedad sin Dios, para pasar a una vivencia minuto a minuto con El.
Es entonces cuando en medio de esta gran bacanal que raya en lo satanico, reinan luces de verdad en medio del mundo, como luciernagas en medio de la obscuridad que llaman ciertamente la atención de lo celestial, y la Misericordia divina vuelve siempre a derramar lagrimas de felicidad por uno que vive su conversión, más que por 99 que ya creen estar justificados. Nuestro pequeño acto, se vuelve entonces antidoto a la depresión, y la insatisfacción desaparece, porque Cristo llena ese vacio inmenso, con su humanidad que abarca a todos. Navidad, vuelve a tener sentido, y un respiro liberador del mar consumista que nos ahoga, llega a nuestros sentidos devolviendonos la cordura espiritual, y esquizofrenia junto con incoherencia son destrerradas del patio de nuestra vida.
Que alegria entonces en cada cantico y villancico, no importa que tradición cristiana sea, es alabanza al creador que se hizo creatura, que es niño envuelto en pañales y que se ha hecho carne por puro amor a una humanidad ingrata. Y entonces, un regalo, por pequeño que sea es compartir el mandato del amor, de aquel que se hizo humano por amor divino. Y explota en nuestras almas un sentido de agradecimiento, de profundo agradecimiento porque el regalo más hermoso es haberle conocido y dejarnos amar por él.
La sensibleria barata de este tiempo, entonces no importa, porque le hallamos sentido, y de ser palabras vacias, trasmitimos evangelio vivo.
¿Quién después de meditar en tan magno misterio podrá tener depresión navideña? Solo quien se niege a conocerle y a dejarse amar por El.
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