Haced todo para la Gloria de Dios (VI)
“¿Cómo se debe recibir la Santa Comunión y
Cómo debo prepararme para hacerlo dignamente?”
Cómo debo prepararme para hacerlo dignamente?”
Un Cristiano Ortodoxo que ha sido debidamente bautizado y crismado debe recibir la Santa Comunión cada vez que asiste a la Divina Liturgia. Por esto en la Liturgia la iglesia por medio del Diacono, o del Sacerdote, justo después de que han comulgado el Clero, sale con el cáliz y dice a todos los fieles “Con temor de Dios, con fe y Amor: Acercaos!!” Al decir esto, él está expresando la espera litúrgica de la Iglesia de que todos los fieles que están presentes se acerquen a participar del Santo Misterio que es la Salvación de las almas. (Esto presupone, obviamente, que la persona no esta bajo pena de excomunión, y que se ha preparado debidamente.)
Para prepararse debida y adecuadamente a recibir este precioso Regalo, en la tarde previa, se recomienda asistir de ser posible al servicio de Grandes Vísperas o Vigilia, si esto no es posible entonces al menos prepararse con un tiempo de quietud, reflexión y oración, es evidente que si una persona ha asistido a una fiesta donde se ha sobrepasado en comidas y bebidas, así como bailes sensuales, no puede considerar que esta preparada debidamente!
Desde la media noche anterior a la Divina Liturgia, el adulto que quiere comulgar no debe comer o beber nada. (Algunas veces puede existir una dispensa de beber agua si hay una razón correcta –como tomar medicamentos o aclarar la voz para poder cantar en el coro). Igualmente la pareja Ortodoxa casada eclesiásticamente debe realizar un “ayuno” conyugal, por lo tanto no deben tener relaciones la noche anterior a recibir la Santa Comunión. (Obviamente esto presupone que ambos esposos son Ortodoxos y que tienen una misma manera de pensar en este tema delicado)
También, se recomienda realizar las oraciones previas a la Santa Comunión, por esto cada persona debe tener una norma de oración que le sea recomendada por un Padre Espiritual y que con la experimentación se haya confirmado que le es conveniente, estas oraciones pueden encontrarse en el libro de Oraciones ortodoxas. No se deben decir TODAS las oraciones que tiene el libro, sino aquellas que le sean adecuadas. La cantidad de oraciones es menos importante que el espíritu con el que sean realizadas, por lo que es mejor decirlas lentamente, con atención y devoción, concentrándose en lo que se quiere ofrecer al Señor.
Finalmente se debe acercar a la Santa Comunión con Humildad, penitencia y paz. Humildad reconociendo el invaluable regalo que Dios nos dá los seres humanos permitiendo recibir a su misma real presencia en los Dones trasmutados del Pan y Vino que son verdaderamente para los creyentes, el verdadero cuerpo y Sangre del Señor. Por lo que nunca seremos dignos suficientemente como para poder recibirlos, pero por su infinita Misericordia podernos acercarnos. Por esto nos acercamos en penitencia, reconociendo nuestro pecados y confiando en si infinita compasión para con la humanidad. Y venimos en paz, no permitiendo que nada ni nadie nos quite la paz que Dios nos da, por lo que se recomienda que esa preparación no sea alterada por nada, por ejemplo evitar toda discusión o altercado previo a la Divina Liturgia, evitar todo lo que pueda alterarnos.
Nos acercamos al Divino Cáliz totalmente preparados para recibir los Santos Misterios. De pie, y en fila junto con todos nuestros hermanos y hermanas en la fe, cruzamos nuestras manos sobre el pecho (el brazo izquierdo sobre el derecho), en actitud reverente de oración, con paz y alegría en nuestros corazones, y entonces recibimos al Señor. (No hacemos la señal de cruz después de recibirlo pues el ya recibir a Cristo es una bendición por si mismo – además que al mover nuestra mano corremos el riesgo de tocar el Santo Cáliz y causar un accidente con lo sagrado). Después de recibir el Cuerpo y Sangre de nuestro Señor, tomamos el Kalima o paño rojo que cuelga de las manos del celebrante para limpiar nuestros labios por si ha quedado algún resto fuera que no hayamos sentido.
Sobre el sacramento de la Confesión en relación con la Santa Comunión, es importante aclarar que no se puede comulgar si se es consciente de estar en pecado mortal, por lo tanto se recomienda que si reconocemos que necesitamos estar en paz con Dios, debemos pedir al Sacerdote que nos ayude para recibir el perdón de los pecados, para esto podemos hacer una cita durante la semana con el sacerdote para poder confesarnos, o llegar al menos media hora antes de la Celebración de la Divina Liturgia para poder confesarnos, debemos estar conscientes que no es lo mejor esperar hasta justo antes de la Divina Liturgia pues muchas veces las oraciones que debe hacer el Sacerdote en preparación de la Celebración de los Divinos Misterios pueden alargarse y el no tener tiempo para confesarnos, por tanto es más aconsejable tomar un tiempo entre semana para encontrarnos con él, y es aún más importante que la confesión sea a la vez una oportunidad de recibir consejos espirituales sanando así cualquier raíz o defecto que tengamos por medio de los consejos que pedimos al Sacerdote. Claro lo más correcto es confesarse con el Sacerdote que tengamos como Guía Espiritual.
Para prepararse debida y adecuadamente a recibir este precioso Regalo, en la tarde previa, se recomienda asistir de ser posible al servicio de Grandes Vísperas o Vigilia, si esto no es posible entonces al menos prepararse con un tiempo de quietud, reflexión y oración, es evidente que si una persona ha asistido a una fiesta donde se ha sobrepasado en comidas y bebidas, así como bailes sensuales, no puede considerar que esta preparada debidamente!
Desde la media noche anterior a la Divina Liturgia, el adulto que quiere comulgar no debe comer o beber nada. (Algunas veces puede existir una dispensa de beber agua si hay una razón correcta –como tomar medicamentos o aclarar la voz para poder cantar en el coro). Igualmente la pareja Ortodoxa casada eclesiásticamente debe realizar un “ayuno” conyugal, por lo tanto no deben tener relaciones la noche anterior a recibir la Santa Comunión. (Obviamente esto presupone que ambos esposos son Ortodoxos y que tienen una misma manera de pensar en este tema delicado)
También, se recomienda realizar las oraciones previas a la Santa Comunión, por esto cada persona debe tener una norma de oración que le sea recomendada por un Padre Espiritual y que con la experimentación se haya confirmado que le es conveniente, estas oraciones pueden encontrarse en el libro de Oraciones ortodoxas. No se deben decir TODAS las oraciones que tiene el libro, sino aquellas que le sean adecuadas. La cantidad de oraciones es menos importante que el espíritu con el que sean realizadas, por lo que es mejor decirlas lentamente, con atención y devoción, concentrándose en lo que se quiere ofrecer al Señor.
Finalmente se debe acercar a la Santa Comunión con Humildad, penitencia y paz. Humildad reconociendo el invaluable regalo que Dios nos dá los seres humanos permitiendo recibir a su misma real presencia en los Dones trasmutados del Pan y Vino que son verdaderamente para los creyentes, el verdadero cuerpo y Sangre del Señor. Por lo que nunca seremos dignos suficientemente como para poder recibirlos, pero por su infinita Misericordia podernos acercarnos. Por esto nos acercamos en penitencia, reconociendo nuestro pecados y confiando en si infinita compasión para con la humanidad. Y venimos en paz, no permitiendo que nada ni nadie nos quite la paz que Dios nos da, por lo que se recomienda que esa preparación no sea alterada por nada, por ejemplo evitar toda discusión o altercado previo a la Divina Liturgia, evitar todo lo que pueda alterarnos.
Nos acercamos al Divino Cáliz totalmente preparados para recibir los Santos Misterios. De pie, y en fila junto con todos nuestros hermanos y hermanas en la fe, cruzamos nuestras manos sobre el pecho (el brazo izquierdo sobre el derecho), en actitud reverente de oración, con paz y alegría en nuestros corazones, y entonces recibimos al Señor. (No hacemos la señal de cruz después de recibirlo pues el ya recibir a Cristo es una bendición por si mismo – además que al mover nuestra mano corremos el riesgo de tocar el Santo Cáliz y causar un accidente con lo sagrado). Después de recibir el Cuerpo y Sangre de nuestro Señor, tomamos el Kalima o paño rojo que cuelga de las manos del celebrante para limpiar nuestros labios por si ha quedado algún resto fuera que no hayamos sentido.
Sobre el sacramento de la Confesión en relación con la Santa Comunión, es importante aclarar que no se puede comulgar si se es consciente de estar en pecado mortal, por lo tanto se recomienda que si reconocemos que necesitamos estar en paz con Dios, debemos pedir al Sacerdote que nos ayude para recibir el perdón de los pecados, para esto podemos hacer una cita durante la semana con el sacerdote para poder confesarnos, o llegar al menos media hora antes de la Celebración de la Divina Liturgia para poder confesarnos, debemos estar conscientes que no es lo mejor esperar hasta justo antes de la Divina Liturgia pues muchas veces las oraciones que debe hacer el Sacerdote en preparación de la Celebración de los Divinos Misterios pueden alargarse y el no tener tiempo para confesarnos, por tanto es más aconsejable tomar un tiempo entre semana para encontrarnos con él, y es aún más importante que la confesión sea a la vez una oportunidad de recibir consejos espirituales sanando así cualquier raíz o defecto que tengamos por medio de los consejos que pedimos al Sacerdote. Claro lo más correcto es confesarse con el Sacerdote que tengamos como Guía Espiritual.
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