Haced todo para la gloria de Dios (X)
“¿Cómo se debe correctamente pedir la bendición a un sacerdote u Obispo?”
En las Iglesias Ortodoxas de raíz eslava se acostumbra a pedir la bendición a los sacerdotes y obispos, pero no se pide a un diacono, seminarista o monje (en el caso de la tradición griega se suele ser más flexible sobre esto llegando a pedirla incluso a seminaristas).
La manera de pedir la bendición es acercándose al sacerdote (u Obispo), agachándose y tocando el piso con la mano derecha y colocar las manos juntas como un recipiente, la derecha sobre la izquierda, diciendo: “Bendígame, Padre” (Si es Obispo se dice “Bendígame Vladyka”). Algunos fieles agachan la cabeza y algunos sacerdotes les tocan la cabeza hacienda el signo de la Cruz, una vez recibida la bendición se besa la mano del sacerdote (o del Obispo), no acostumbramos a hacernos la señal de la Cruz pues el Sacerdote ya la ha hecho sobre nosotros o ha pedido a Dios que nos bendiga. De hecho normalmente el Sacerdote dice: “Que el Señor te bendiga!”. Entre sacerdotes o clero, por ejemplo cuando un sacerdote se encuentra con un Obispo, le pide la bendición igual como lo hacen los laicos, en razón de jerarquía, pero intercambian un saludo llamado el beso de la paz, que es acercar las mejillas (los rusos lo hacen tres veces, los griegos y antioquenos dos). Cuando los sacerdotes que se encuentran son de igual dignidad, o dos obispos, se dicen: “Cristo entre nosotros – El está y siempre estará!” y después de intercambiar el beso de la Paz, se besan mutuamente las manos derechas.
De esta manera devota acostumbran los ortodoxos saludar a sus sacerdotes, es de mala educación el saludar al sacerdote ortodoxo simplemente estrechando la mano como se hace con cualquier otra persona. De igual manera se acostumbra a despedirse pidiendo la bendición. Si uno se encuentra varias veces al dia con el mismo sacerdote, basta que se haya pedido la bendición una sola vez, no cada que se lo encuentra. Es muy importante que enseñemos a los niños a acercarse al Sacerdote sin temor y pedir la bendición, de manera que vean siempre al Sacerdote como su amigo.
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