DEVOCIONARIO ORTODOXO
Oraciones de la
Mañana
(Primer formulario)
Al
levantarte, antes de cualquier otra cosa, puesto piadosamente de pie,
preséntate a ti mismo ante Dios que todo lo ve, y haciendo la señal de la Cruz sobre ti mismo:
+
En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Recoge
tu espíritu, que todos los sentidos se calmen, que los pensamientos se aparten
de las preocupaciones terrenas. Después haz una reverencia diciendo:
+
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador.
Dios,
ten Piedad de mi, pecador.
Dios
purifica mis pecados. Tu que me creaste, Oh Señor, apiádate de mi.
Sin
fin he pecado, Señor perdóname.
Soberana
mía, Santísima Virgen Madre de Dios, sálvame a mi pecador.
Santo
Ángel de mi guarda, protégeme de todo mal.
Y luego las
oraciones que siguen, sin prisas y con el corazón atento:
+
Por la intercesión de Tu purísima Madre, de nuestros santos padres portadores
de Dios, y de todos los santos, Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de
nosotros. Amén.
En el caso de
estar en la Capilla
o Templo, a continuación:
Si se esta
solo: + En el nombre del Padre y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.
Si hay
presbítero, él dice:
+
Bendito sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre, y por los siglos de los
siglos. Amén.
Si no hay
presbítero, el lector dice:
+
Por la intercesión de tu purísima Madre, de nuestros santos padres portadores
de Dios, y de todos los santos, Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de
nosotros. Amén.
Gloria
a Ti, Dios Nuestro, Gloria a Ti.
Rey
Celestial, Consolador, Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar, llenándolo
todo, Tesoro de bienes y Dador de Vida, ven a
habitar en nosotros, purifica nuestros pecados, y salva, Tú que eres
bueno, nuestras almas.
Santo
+ Dios,
Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (tres veces).
Gloria
al +
Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los
siglos. Amén.
Santísima
Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de nuestros pecados.
Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo, visítanos y cura nuestras
dolencias, por tu Nombre.
Señor,
ten piedad. (tres veces).
Gloria
al +
Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los
siglos. Amén.
Padre
nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros
Tu Reino, hágase tu Voluntad en la
tierra como en el Cielo; danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes
caer en tentación, y líbranos del mal.
Presbítero:
Porque tuyos son el Reino, y el Poder y la Gloria, + Padre, Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
TROPARIO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD.
Levantándonos
del sueño, nos postramos, Dios bendito, ante ti, y te cantamos, Oh Poderoso, el
himno angelical: Santo, Santo, Santo eres tú, Dios nuestro. Por las oraciones
de la +
Theotokos, ten piedad de nosotros.
Gloria al + Padre y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Tú,
Señor, me has levantado de mi lecho y del sueño; ilumina mi entendimiento y mi
corazón y abre mis labios a fin de que te alabe, Santísima Trinidad. Santo,
Santo, Santo eres Tú, Dios nuestro. Por las oraciones de la +
Theotokos, ten piedad de nosotros.
Ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
De improviso vendrá el juez y
los hechos de todos los hombres serán descubiertos; mas con temor clamamos a
ti: Santo, Santo, Santo eres tú, Dios nuestro. Por las oraciones de la +
Theotokos, ten piedad de nosotros. Señor, ten Piedad. (doce veces).
ORACIÓN
A LA SANTISIMA TRINIDAD.
(De
San Basilio el Grande):
Levantándome del sueño, te doy
gracias, Santísima Trinidad, porque por tu gran bondad y paciencia no has
mostrado ira contra mí, aún siendo perezoso y pecador. Tampoco me has hecho
perecer por mis transgresiones, sino que me has mostrado tu acostumbrado Amor
por los hombres y me has levantado de mi sueño, a fin de que pueda cantarte el
himno matinal y glorificar tu Grandeza. Ilumina los ojos de mi entendimiento,
abre mis oídos para que reciban tus palabras, y enséñame tus mandamientos.
Ayúdame a hacer tu Voluntad, a cantarte, a confesarte de todo corazón y a
glorificar tu santísimo Nombre,
+
Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
+
Venid, adoremos y postrémonos ante Dios, nuestro Rey. (Reverencia profunda).
+ Venid, adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios. (Reverencia profunda).
+ Venid, adoremos y postrémonos ente el mismo Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.
(Reverencia profunda).
Salmo 50
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra tí, contra tí sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
CREDO o SIMBOLO DE LA FE
Creo
en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo
Señor y dador de vida,
que procede del Padre
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es Una Santa, Católica y Apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén
Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo
Señor y dador de vida,
que procede del Padre
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es Una Santa, Católica y Apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén
1ª Oración de San Macario
el Grande
Oh Dios, purifícame, a mi pecador pues no he hecho
nunca nada digno de llamarlo bueno en Tu presencia; líbrame del mal, y haz que
sea cumplida en mi Tú voluntad, para que yo pueda abrir mis labios indignos sin
condenación, y alabar Tu Santo Nombre de Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
2ª Oración
Al despertar de mi sueño, Te ofrendo, Oh Salvador, el
cantar de medianoche y me postro diciéndote: concédeme no dormirme y morir en pecado, al contrario apiádate de
mí, Oh Tú que fuiste voluntariamente crucificado, y Te apresuras a
levantarme, aléjame de la pereza, y sálvame por la oración e intercesión, y
después del sueño de la noche, bendíceme con un día sin pecado y sálvame
Oh Cristo, Dios.
3ª Oración
Al despertar de mi sueño me acerco enseguida a
Ti, Oh Soberano, Amante de la humanidad, y por Tu bondad me esfuerzo por
cumplir Tu obra, y Te suplico: ayúdame siempre, en todo, y líbrame de todo lo
malo del mundo, del demonio, que me asecha, sálvame y llévame a Tu Reino
eterno. Porque Tú eres mi Creador, el Donador y Proveedor de todo lo bueno, y
toda mi esperanza está en Ti, yo Te alabo, ahora y siempre y por los siglos de
los siglos. Amén.
4ª Oración
Oh Señor, que me has concedido gracia por tu gran bondad
y tu gran compasión a mí que soy Tu servidor, para que pase el transcurso de
esta noche sin la tentación de ningún mal, Soberano y Creador de todo, por tu
verdadera luz y con el corazón iluminado concédeme hacer Tu voluntad, ahora y
siempre, y por los siglos de siglos. Amén.
5ª Oración
Todopoderoso Soberano, Dios nuestro, que recibe de tus
Poderes Celestiales el himno tres veces sagrado, recibe también de mí, Tu
indigno servidor, este breve poema de la noche y hazme la gracia para que todos
los años de mi vida y todas las horas Te alabe a Ti, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, ahora y siempre y en los siglos de los siglos. Amén.
1ª Oración de San Basilio el Grande
Todopoderoso Señor, Dios de los poderes y de toda
carne, que vives en lo más alto y miras a los humildes, que escudriñas nuestros
corazones y afectos, y sabes de antemano los secretos de los hombres;
eterna e imperecedera luz, en Quien no hay cambio ni sombras alteradas; Oh Rey
Inmortal, recibe nuestras plegarias, Te las ofrecemos con labios impuros, confiando
en Tus innumerables bendiciones. Perdónanos todos los pecados cometidos de
pensamiento, palabra o acción, consciente e inconscientemente, y purifícanos de
toda corrupción de la carne y del espíritu. Concédenos pasar la noche de la
presente vida con el corazón alerta y pensamiento coherente, aguardando siempre
el advenimiento del día radiante de la aparición de Tu único engendrado Hijo,
Nuestro Señor y Dios y Salvador, Jesucristo, cuando el Juez de todos ha de
venir en gloria a emitir sentencia a cada uno de acuerdo a sus actos. Que no
nos encuentre caídos en pecado ni ociosos, sino que despiertos y alertas para
la acción, listos para acompañarlo en el divino palacio de sus
bienaventuranzas, donde se oye un incesante sonido de los que festejan y el gozo
de los que contemplan la inexpresable hermosura de su rostro. Porque Tú eres la
verdadera luz que iluminas y santificas a todos, y toda la creación Te canta
por los siglos de los siglos. Amén.
2ª Oración
Te bendecimos, oh Altísimo Dios y Señor de la misericordia.
Que estás siempre realizando innumerables, grandes e inescrutables cosas con
nosotros, gloriosas y maravillosas. Que nos permites dormir para tregua de
nuestras debilidades y reposo de los agobios de nuestra fatigadísima carne que
lucha contra el pecado. Te agradecemos que nos hayas amado como siempre y
aunque estemos sumidos en la desesperación, Tú nos has levantado para que
podamos alabar tu poder. En consecuencia, imploramos que en Tu incomparable
bondad nos ilumines los ojos de nuestra comprensión y eleves nuestra mente del
pesado sueño de la indolencia; abre nuestra boca y cólmala con Tu alabanza,
para que seamos capaces sin distraernos de cantarte y dar testimonio de Ti, que
eres Dios glorificado en todo y por todos, el Padre eterno, con Tu único
engendrado Hijo, y Tú absolutamente santificado y bueno y vivificante Espíritu,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Canción a la Santísima Madre de Dios
Yo le canto a Tu gracia, oh Soberana, y Te suplico
bendecir mi mente. Enséñame a caminar correctamente por la senda de los
mandamientos de Jesucristo. Fortaléceme para mantenerme alerta en el cantar y
desvanece el ensueño del desaliento. Libérame, atrapado por las cadenas del
pecado, Oh novia de Dios, por tus oraciones. Protégeme de noche y de día, y
ahuyenta a mis enemigos que me derrotan. Oh Portadora de Dios, el Donador de la
Vida, despabílame a mí que estoy amortecido por las pasiones. Oh Portadora de
la luz inagotable, ilumina mi alma enceguecida. Oh Maravilloso Palacio de Jesucristo,
hazme morada del Espíritu Divino. Oh Madre del Sanador, cura las perennes
pasiones de mi alma. Guíame por la senda del arrepentimiento, pues estoy a
merced de la tormenta de la vida. Sálvame del fuego eterno, del ataque del
enemigo. Muéstrame mis culpas pues lo soy de muchos pecados. Renuévame,
envejecido por tantos pecados necios, Oh Inmaculada. Exhíbeme intacto de todos
los tormentos, y ruega por mí ante el Ser Supremo de todos. Concédeme la gracia
de recibir los goces del Cielo con todos los Santos. Oh Santísima Virgen, oye
la voz de Tu inútil sirviente. Concédeme el raudal de las lágrimas, Oh
Purísima, para purificar mi alma de la impureza. Te ofrezco los gemidos de mi
corazón a Ti incesantemente. Aceptalos e intercede por mí, Oh Soberana. Acepta
mi oracion de súplica y ofréndaselo al Dios misericordioso. Oh Tú que estás por
sobre los ángeles, librame de la confusión de este mundo. Oh Tabernáculo
celestial Ostensorio de Luz, dirige la gracia del Espíritu dentro de mí. Alzo
mis manos y labios para alabarte, corrompidos como están por la impureza. Oh
Inmaculada. Libérame de las maldades que corrompen el alma, e intercede
fervorosamente ante Cristo, Quien merece honor con adoración, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos. Amén.
Oración al Ángel Guardián
Oh Ángel Santo, intercede por mi alma y mi vida
apasionada, no me abandones, ni me evadas por mi intemperancia. No des lugar a
que el demonio insidioso me domine a causa de la violencia de mi cuerpo mortal.
Fortalece mi pobre y débil mano y guíame por el camino de la salvación. Oh
Ángel Santo de Dios, guardián y protector de mi cuerpo y de alma, ayudame a
alcanzar de Dios el perdón de todas las
faltas que he cometido todos los días de mi vida, y por todos los pecados que
pueda haber cometido durante la pasada noche. Protégeme durante el presente
día, y escúdame de toda tentación del enemigo, para que no pueda airar a Dios
por ningún pecado. Y ruega al Señor por mí, para que Él pueda fortalecerme en
Su temor, y hazme Su esclavo, digno de Su bondad. Amén.
Oración a la Madre de Dios.
Mi Santísima Soberana, Madre de Dios, por Tus santas y omnipotentes
oraciones aleja de mi, Tu humilde y simple servidor, el abatimiento, el olvido,
la insensatez, la negligencia, y todos los pensamientos impuros, malignos e
impíos de mi miserable corazón y de mi ofuscada mente. Y extingue la llama de
mis pasiones, pues soy pobre y desdichado, y redímeme de mis numerosos crueles
recuerdos y actos, y líbrame de todos sus nocivos efectos; pues bendita eres Tú
por todas las generaciones, y glorificado sea Tu muy honorable nombre por los
siglos de los siglos. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no
rechaces nuestras plegarias en nuestro infortunio, sino que líbranos del mal,
oh Única pura y bendita.
Gloriosísima siempre Virgen y Madre de Cristo Dios,
presenta nuestras plegarias a Tu Hijo y nuestro Dios, rogándole para que salve,
por Tu mediación, a nuestras almas.
Alégrate, Virgen María, Madre de Dios, llena eres de
gracia, El Señor es contigo, Bendita eres entre las mujeres, y bendito es el
Fruto de Tu Vientre, porque has dado a luz al Salvador de nuestras almas. (tres
veces).
Digno es realmente bendecirte oh Madre de Dios.
Siempre bienaventurada e inmaculada y Madre de Dios. Oh más honorable que los
querubines, e incomparablemente más gloriosa que los serafines, Tú que sin
corrupción engendraste al Verbo Dios, verdaderamente eres la Madre de Dios, Te
alabamos.
Oración por Intercesión a las Huestes Angelicales o Anfitriones Angelicales
Oh Anfitriones angelicales y Celestiales de los Santos
Ángeles y Arcángeles, rueguen por nosotros pecadores.
Oración por Intercesión a todos los Santos
Oh gloriosos Apóstoles, Profetas y Mártires, y todos
los Santos, rogad por nosotros pecadores.
I
nvocación al Santo Patrono personal
nvocación al Santo Patrono personal
Ruega por mí, Santo(a) (nombre), pues con
devoción acudo a Ti, rápido asistente e intercesor(a) de mi alma.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y
siempre por los siglos de los siglos. Amén. Señor, ten piedad. (tres veces).
En el nombre del Señor bendice padre, (si es Obispo),
Soberano bendice.
Sac.: Por las oraciones de nuestros santos padres, Señor Jesucristo Hijo de
Dios, ten piedad de nosotros. Amén.
Empieza siempre tus alabanzas con agradecimiento.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios Te agradezco (postración)
Señor Jesucristo, Hijo de Dios ten piedad de los enfadados (postración)
Señor Jesucristo, Hijo de Dios ten piedad de mi prójimo (postración)
Señor Jesucristo, Hijo de Dios da descanso a los muertos (postración)
Señor Jesucristo, Hijo de Dios ten piedad de mí pecador (postración)
Señor Jesucristo, Hijo de Dios ayúdame en mi vida espiritual (postración)
Señor Jesucristo, Hijo de Dios ayúdame en mi vida cotidiana (postración)
I
ntercesión
ntercesión
Conmemoración de los Vivos y los Muertos (en las fiestas principales, Víspera de Domingo no se hace postración
hasta el suelo, sino inclinación hasta la cintura, se hace reverencia).
Recuerda, Oh
Señor Jesucristo nuestro Dios, Tus caridades y dádivas que son de la eternidad,
y a través de la cual Tú Te hiciste hombre y forjaste voluntad para sufrir la
crucifixión y la muerte por la salvación de los que rectamente creen en Ti, y
habiéndose levantado de entre los muertos ascendientes al cielo, y se sentaron
a la diestra de Dios Padre y consideraron las humildes peticiones de los que Te
invocan de todo corazón: escucha con simpatía, y oye el humilde ruego mío, Tu
indigno sirviente, como la fragancia de incienso espiritual, que yo Te ofrezco
por toda la gente. Y recuerda primero Tu Santa Iglesia Católica y Apostólica,
que Tú has provisto a través de Tu Preciosa Sangre. Confírmala, robustécela,
extiéndela y agrándala, y consérvala en paz, y para siempre como prueba contra
el poder del infierno. Calma los desacuerdos de las Iglesias, y anula los
planes de los poderes de la oscuridad, desvanece la parcialidad de las
naciones, y rápidamente arruina y erradica las insurrecciones heréticas, y
frústralas por el poder del Espíritu Santo. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad de
nuestro presidente y de todos aquellos que tengan autoridad a través de todo el
mundo, comandantes en jefe de ejércitos y armadas y flotas aéreas, gobernadores
de provincias y ciudades, y de todas las armadas, ejércitos y policías amantes
de Cristo; protege su poder con paz, y avasalla a sus pies a todos sus enemigos
y adversarios, y comunica paz y bendición a sus corazones por Tu Iglesia
Sagrada, y por toda Tu grey, y concede que en su serenidad podamos nosotros
también llevar una vida sosegada y pacífica con verdadera religión, con toda
piedad y honestidad. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad de
los Patriarcas Ortodoxos, Metropolitanos, Arzobispos y Obispos, Sacerdotes y
Diáconos, y de todos los que sirven a la Iglesia, y a quienes Tú has ordenado
que alimenten Tu rebaño espiritual; y por sus oraciones, ten piedad de mí, un
pecador. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad de
nuestro padre (Hegumen o abad de monasterio o Skita), con todos sus hermanos en
Cristo, y por todas sus oraciones ten piedad de mí, despreciable como soy. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad de
mí Padre Espiritual (nombre) y por sus oraciones perdona mis pecados. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad de
todos los trabajadores de esta santa comunidad, nuestros hermanos y todos los
trabajadores manuales, y trabajadores laicos, y labradores de este monasterio,
y de todos los Cristianos. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad de
mis padres (nombres), de mis hermanos y hermanas y de todos mis parientes, y de
los vecinos de mi familia, y amigos, y concédeles Tus bienes terrenales y
espirituales. Postración
Salva, Oh Señor y ten piedad de
los que viven y habitan en los monasterios de la Santa Montaña y en la Tierra
Santa, de los Padres y Hermanos y Hermanas (en se dicen los paises donde se
encuentran hermanos nuestros cercanos) y de todas partes, y por sus oraciones
ten piedad de mí, un pecador. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad en
razón de tus innumerables mercedes, de todos los sacerdotes, monjes y monjas, y
de todos los que viven en virginidad, devoción y ayuno, en monasterios, en
desiertos, en grutas, en montañas, en columnas, en ermitas, en las grietas de
las rocas, y en verdadera fe en todos los lugares de Tu dominio, y sirviéndote
con devoción, y orando por Ti. Aligera su carga, consuélalos en su aflicción, y
concédeles fortaleza, energía y perseverancia en su lucha, y por sus oraciones
concédeme perdón de mis pecados. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad de
los viejos y jóvenes, de los pobres y menesterosos, de los huérfanos y viudas,
de los leprosos, epilépticos y paralíticos, y de aquellos víctimas de la
enfermedad y la pena, de la desgracia y la congoja, de los cautivos y
exiliados, en las minas y prisiones y reformatorios, y especialmente de
aquellos que Tus servidores que son perseguidos por amor a Ti y por la Fe
Ortodoxa de los pueblos impíos, apóstatas y herejes. Visita, fortalece,
conforta y cúralos, y por Tu poder rápidamente concédeles alivio, libertad y
redención. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad de
nuestros benefactores, que tienen piedad de nosotros y nos alimentan, y nos
mitigan la ansiedad dándonos limosna, y encomiéndanos, indignos como somos, la
misión de orar por ellos; y dales Tu gracia, y concédeles todas sus peticiones que conducen a la salvación, y a la
consecución del goce eterno. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad de los Padres y Hermanas, de nuestra Cofradía, y
de todos los Cristianos Ortodoxos que son mensajeros y misioneros a Tu
servicio, y están viajando. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad de aquellos a quienes haya ofendido o
escandalizado con mi locura o descuido, y a quienes haya apartado del camino de
la salvación, y a quienes haya guiado hacia el mal y actos dañinos. Por Tu
divina providencia restitúyelos de nuevo por la senda de la salvación. Postración
Salva, Oh Señor, y ten piedad de aquellos que me odian y ofenden, y me hacen
daño, y nos los dejes perecer por mí, un pecador. Postración
Ilumina con la luz del don a todos los apóstoles de la Fe Ortodoxa, y a aquellos
cegados por perniciosas herejías, y atráelos hacia Ti, y únelos a Tu Iglesia
Santa, Apostólica, Católica. Postración.
Por los Difuntos
Recuerda, Oh Señor, a los que han dejado
esta vida, reyes y reinas, príncipes y princesas Ortodoxos, Patriarcas
Ortodoxos, Metropolitanos, Arzobispos y Obispos, Sacerdotes y Diáconos y
aquellos que Te han servido en el Estado Monástico, y a los laicos de la
Iglesia, y a los benditos fundadores de todas las Iglesias y monasterios, y
concédeles descanso con los Santos en Tus eternas moradas. Postración.
Oración de Memoria de los parientes
difuntos
Recuerda, Oh Señor, las almas de Tus
servidores que han partido en el sueño, mis padres (nombres), y a todos mis
parientes (de acuerdo al parentesco); perdónales sus pecados, voluntarios e
involuntarios; concédeles el Reino y una parte de Tus goces eternos, y el
encanto de Tu vida bienaventurada y eterna. Postración.
Oración por la Hermandad Monacal
Recuerda, Oh Señor, además a todos los
Padres, Hermanos, hermanas y miembros de nuestra Cofradía que han partido en el
sueño con la esperanza de la resurrección y vida eterna, y a los Cristianos
Ortodoxos que yacen aquí y en todo el mundo, y con tus Santos dales reposo
donde brilla la luz de Tu Rostro y ten piedad de nosotros, porque Tú eres bueno
y Amante de la humanidad. Amén. Postración.
Al Final, Recitar Tres Veces:
Concede, Oh Señor, perdón de todos los
pecados a Nuestros Padres, Hermanos y Hermanas partidos en la fe y esperanza de
la resurrección, y concédeles eterna recordación, eterna recordación, eterna
recordación. Postración
Las
Bienaventuranzas (Mt. 5:3-12).
Coro: Acuerdate de mi, oh Señor, cuando hayas llegado a Tu Reino. (Se repite
entre cada bienaventuranza)
Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque
ellos serán consolados.
Bienaventurados los mansos, porque ellos
poseerán la tierra.
Bienaventurados los que tienen hambre y
sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos obtendrán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque
ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa
de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados seréis cuando os
vituperaren y persiguieren, y dijeren toda clase de mal contra vosotros por mi
causa, mintiendo.
Alegraos y regocijaos, porque vuestra
recompensa sea grande en los cielos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo.
Ahora y siempre y por siglos de los
siglos. Amén.